martes, 19 de febrero de 2008

Crecimiento en produccion de automoviles en Brasil

La producción de vehículos automotores en Brasil exhibió un crecimiento del 13,9% en 2007, lo que marca el quinto año consecutivo de expansión del sector, habiendo superado el récord de 2006.


Brasil produjo casi tres millones de vehículos el año pasado, de los cuales algo más de 2,4 millones fueron automóviles y el resto consistió en vehículos comerciales livianos, camiones y ómnibus. La industria automotriz se ha convertido en una de las locomotoras del crecimiento manufacturero brasileño y, a la vez, está beneficiando a los fabricantes de autopartes y a la industria del acero.

Las ventas de automóviles en el mercado interno alcanzaron en 2007 un nivel récord de casi dos millones de unidades en base a una robusta demanda de los consumidores y a la expansión del crédito al consumo dado que la oferta de préstamos ha mejorado en forma proporcional a la caída sostenida de las tasas de interés en Brasil. Sin embargo, las exportaciones de vehículos automotores van a permanecer estancadas debido a la apreciación de la moneda brasileña y la debilidad relativa del dólar, lo cual ha llevado a que muchas empresas revieran sus estrategias exportadoras en medio de un incremento de la importación de automóviles. Se advierte, además, que los vehículos importados de empresas que no tienen plantas automovilísticas en Brasil están logrando una creciente participación en el mercado local.

CRÉDITO. La Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) no prevé que las recientes modificaciones tributarias aprobadas recientemente por el Congreso, que incluyen un incremento del Impuesto a las Operaciones Financieras (IOF), puedan abatir el crecimiento del crédito, que aumentó más de un 25% el año pasado. Los plazos de vencimiento de los préstamos también se han extendido significativamente, lo que permite a los compradores de autos conseguir financiación sobre un período de siete años e incluso más extenso en algunos casos. Esta situación despierta cierta preocupación con respecto a los riesgos crecientes de incumplimientos en los pagos. Sin embargo, el Banco Central ha desechado tales recelos dado que la morosidad en los pagos se ha mantenido en niveles bajos y, por tanto, prevé un aumento del 20% en el crédito al consumo para este año. Se anticipa que buena parte de esos nuevos préstamos beneficiarán a la industria automotriz. Por su parte, Anfavea pronostica un nuevo incremento del 17,5% de las ventas internas en 2008, así como un aumento del 9% de la producción local.

LAS CUATRO GRANDES. A pesar del ingreso de nuevos actores en la industria automotriz de Brasil durante la última década, cuatro fábricas con una presencia de larga data en el país todavía dominan más del 80% de las ventas de vehículos en el mercado interno. El mayor fabricante es Fíat, que conserva el liderazgo en la venta de automóviles y utilitarios livianos con una participación del 25.9% en el mercado. El segundo lugar lo ocupa GM, seguido muy de cerca por Volkswagen. Ford ocupa un lejano cuarto puesto, pero conserva una buena ventaja con respecto a los recién llegados PSA Peugeot Citroën, Toyota y Honda y Renault.

En los últimos meses, varios fabricantes de automóviles han revelado planes de expansión muy ambiciosos en la medida que el sector se acerca a alcanzar el nivel máximo de capacidad instalada, que es de unos 3,5 millones de unidades anuales en la actualidad. Fiat ha prometido invertir unos US$ 2.800 millones, en un plazo de dos años. Renault ha puesto a la venta dos modelos, el Logan y el Sandero, en un esfuerzo para ampliar su gama de productos, mientras que Volkswagen tiene planes similares para este año. Los vehículos de baja cilindrada, con una capacidad de alrededor de un litro, todavía representan más de la mitad de las ventas en el mercado interno, aunque esa proporción ha venido descendiendo últimamente. La mayoría de los modelos de automóviles producidos en Brasil -aproximadamente el 85%- están equipados con motores "flex-fuel" que les permiten funcionar indistintamente con etanol o petróleo.

TIPO DE CAMBIO. La debilidad del dólar, que ha perdido la mitad de su valor con respecto al real en los últimos cinco años, ha tenido un impacto directo en el mercado automotor brasileño. Las ventas de modelos importados, que son generalmente más grandes en tamaño que los autos producidos en Brasil, casi se duplicaron en 2007 en comparación con los niveles del año anterior, habiendo tenido una participación del 10,9% en el mercado local.

El nuevo escenario cambiario ha hecho que las empresas revisaran sus estrategias. Ford y Nissan están importando muchas más unidades de sus modelos Fusion y Sentra, respectivamente, desde sus plantas en México. Chrysler tiene previsto producir en 2009 una versión de su modelo Versa a través de una alianza estratégica con la planta mexicana de Nissan. Chrysler también planea vender coches más pequeños asociándose con Chery (China), que a su vez ha instalado una planta de armado de su modelo Tiggo, un vehículo utilitario-deportivo, mediante un joint venture con Socma (Argentina) en Uruguay, donde los chinos están desarrollando una plataforma exportadora para el Mercosur.

NUEVOS RETOS. Aunque las ventas de vehículos al exterior alcanzaron la cifra récord de US$ 13.200 millones el año pasado, lo que equivale a un incremento del 8,7% en comparación con los niveles de 2006, en realidad el número de unidades exportadas cayó un 6,6%, lo que significa un descenso por segundo año consecutivo. El nuevo desafío para la industria brasileña consiste, por consiguiente, en vencer los factores negativos que emergen del tipo de cambio y recuperar la competitividad perdida para aumentar las exportaciones.

El gobierno aspira a que el sector aumente la capacidad instalada de sus actuales 3,5 millones de unidades a 5 millones en 2011. Para ello aún falta conocer qué incentivos específicos se adoptarán. Sin embargo, si se aprueba una normativa que resulte realmente beneficiosa para el sector, las empresas deberán evitar la sobreoferta, así como una repetición de la capacidad excesiva que aquejó a la industria automotriz a comienzos de esta década.

Fuente: Traducido de Business Latin America

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